lunes, 1 de septiembre de 2014

La misma trampa.

Y te escribo porque quiero escribirte,
y te sueño porque quiero soñarte,
es lo único que tengo,
esto de verte en sueños.

Es un dolor que mata,
lentamente,
y sin que te des cuenta,
es tu voz la que me atrapa,
la que me desmorona
el pensamiento.

Son tus idas y venidas,
tus subidas y bajadas,
mis heridas
o tus caricias en mi espalda.

Y vuelto a caer
rendida,
no sé si por la misma historia,
o por el misterioso protagonista,
y el final será trágico,
me volveré a quemar de nuevo.

Estaba cansada
de sonrisas fingidas,
de traiciones y mentiras,
puede que ya no quede nada,
o quizás,
lo tengamos todo.

Escribamos nuestra historia
en verso,
y sin límite de palabras.

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