lunes, 17 de noviembre de 2014

Lucha hasta quedarte sin fuerzas.

Supongo que cuando quieres a alguien, tienes miedo de que esa persona se canse de intentar juntar tus pedazos, de coser unos rotos que cada vez tienen menos arreglo. Simplemente de que te cambie por alguien mejor. Y duele. Porque tú piensas que eres feliz a su lado, que eres la causa de sus sonrisas, de que todos esos 'te quiero' son de verdad, esos 'pronto nos veremos' que daban sentido a todo. Y te levantas feliz cada mañana esperando un mensaje de 'buenos días' que hace que todo vaya a mejor, que nadie consiga borrarte la sonrisa de la cara, por muy negro que se ponga el cielo al salir a la calle. Pero poco a poco todo empieza a cambiar, pasáis de los 'hola pequeña' a un simple 'hola', que te hace ver que todo está cambiando, que hay algo que está borrando la magia de vuestra historia. Y justo en ese momento es cuando empiezas a pensar que no eres lo suficientemente buena para esa persona, que tus demonios alejan a todo el mundo, comienzas a torturarte cada vez más. Hasta que te vuelves débil.

¿Pero sabes qué? No tienes la culpa de nada, no es que no valgas la pena, es que los demás son demasiado cobardes como para valorar lo que tienen al lado, que no te merecen ni lo más mínimo. Que sólo debes derramar lágrimas por aquellos que van a estar para provocarte sonrisas después. La vida es jodida, sí, pero no debes hundirte, porque a pesar de todo seguro que hay personas que harían hasta lo imposible por sacarte del pozo en el que te has ido metiendo poco a poco. Lucha hasta quedarte sin fuerzas, y no te rindas hasta la última batalla de la guerra. Porque hoy puede que estés triste, pero mañana ya no.

sábado, 15 de noviembre de 2014

No tengas miedo a avanzar.

Estamos en un continuo
'vamos a intentarlo',
pero tenemos miedo,
de acabar rotos,
de que todo se vaya a la mierda
por alguna razón,
de que lo que hoy nos hace felices,
mañana nos hunda.
Y dicen que hay que arriesgarse,
que la vida son momentos,
que no sabemos si podemos ganar
si no ponemos de nuestra parte
y luchamos en cada batalla.

Pero a veces está todo tan bien,
que, ¿quién se atreve a dar el paso?,
a dejar sus miedos a un lado
y animarse a avanzar.
Vamos de valientes,
de que podemos con todo
lo que se nos ponga por delante,
pero hasta decir un simple 'te quiero'
a esa persona nos asusta,
no queremos sentirnos rechazados.

Buscamos la felicidad completa,
y no nos damos cuenta
de que no todo se basa en el futuro,
no se trata de ir más allá,
a veces lo bueno de la vida
está a tu lado,
sacándote lágrimas
y provocando en ti sonrisas.
Que para saber valorar la cima,
hay que haber padecido durante el camino,
aprender que no tienes porque estar en el suelo,
que todo consiste en ponerle ganas
y no rendirse antes de tiempo.

Sólo date cuenta de que si desistes,
estarás perdiendo una guerra
que podría ser ganada.   

domingo, 9 de noviembre de 2014

Besándonos hasta desgastarnos los labios.


El café se enfría,
y los besos se vuelven amargos,
las caricias ya no son las mismas,
ya no existen los abrazos
a altas horas de la noche.
Que dejamos de llamarnos
cada día,
empezamos a alejarnos,
aunque yo te necesitara
cada vez más,
poco a poco sentía
que te perdía.

Y espero despertar
y volver a verte a mi lado,
pasarnos el día entero en la cama,
besándonos hasta desgastarnos los labios,
hasta que el mundo
vuelva a tenernos envidia,
y la tristeza desaparezca de nuevo.

'Lo prometo',
fue lo último que te escuché decir,
aquello que repetías constantemente
y que yo como una tonta
no dejaba de creerme.
Ahora tan sólo te pido
que vuelvas,
por mí,
por ti,
por los dos.

lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Ángel o demonio?


Dicen que el tiempo todo lo cura, que con el paso de los días, las heridas que parecen no curarse, sanan por completo. Aunque te ves a ti misma, llena de cicatrices, rota por el dolor que no has conseguido alejar y piensas: '¿De verdad esta vez va a ser la definitiva?'. Y luego resulta que la vida vuelve a jugártela, que el daño que está hecho no se borra, sí, puede aliviarse, pero los rotos no vuelven a estar cosidos de la misma forma.

Como esas veces que pasas página para intentar borrar los recuerdos del capítulo anterior que parecen no salir de tu cabeza, pero queda esa página marcada que te hace pensar una y otra vez en el significado de la frase que aparece subrayada. Igual que la marca del corazón, aquella huella que queda cuando una persona importante entra en tu vida y la pone patas arriba, y sabes que a partir de ese momento todo cambia.

No hay alegría sin tristeza, no puede existir el bien si el mal no está presente. Todos somos a la vez un poco ángeles y un poco demonios, sólo que a veces todo ese sufrimiento por el que hemos pasado hace tender la balanza hacia un lado u otro. 

-Déjame que te salve. -dice el ángel.

-No tengo salvación. -responde el demonio- En realidad, nadie la tiene.

A veces intentamos salvar a alguien, tratar de que no se hunda, pero, ¿y a nosotros quién nos salva? Quizás no podamos ser salvados, que una vez que aceptemos nuestro destino no podremos dar marcha atrás. De igual forma todos vamos a caer en algún momento.

'Nacemos solos y morimos solos, ¿no?'

domingo, 2 de noviembre de 2014

Hasta siempre.


Volví a abrir el cajón y encontré su carta, aquella que me había destrozado cuando la leí, y todavía seguía torturándome. Una vez más empecé a leerla, no debía por mi propio bien, pero era tal la necesidad de volver a sentir sus palabras de nuevo, que todo lo demás no me importaba.

'Hola pequeña,

La verdad es que se me hace muy difícil escribirte esto, y seguramente cuando termines de leer esta carta pensarás que soy un gilipollas, y que no tenía derecho a hacerte esto. Lo soy, y no sabes cuanto. Sé que da igual lo que te diga, no podré evitar que llores por mi culpa, que pases miles de noches en vela preguntándote por qué me he ido, y me siento un completo imbécil, porque no te mereces toda esta mierda, no te merezco. Pero necesito alejarme, no puedo seguir a tu lado, tarde o temprano terminaré haciéndote daño y no me lo perdonaría. Te mereces a alguien mejor en tu vida, alguien que sepa hacerte feliz de verdad, y yo tan solo soy algo pasajero. Por eso me voy, y esta vez para no volver. Me gustaría poder decir 'hasta pronto', pero me temo que esto es un 'hasta siempre'; una vez que coja el tren no habrá vuelta atrás. Espero que algún día puedas perdonarme por todo, y te deseo que encuentres a esa persona que te merezca por completo.

                    Te quiero, no lo olvides.'


No puedo, no soy tan fuerte como para evitar que las lágrimas no salgan, es imposible. Aún no alcanzo a comprender que ya no esté conmigo, pensaba que le importaba más que cualquier cosa, pero cuando alguien te importa no te vas, te quedas a luchar por esa persona hasta las últimas consecuencias. Y ahora me estoy dando cuenta de que para él sólo fui una batalla más de otras tantas, que yo no era la chica por la que se dejaría la piel.


sábado, 1 de noviembre de 2014

No hay tormentas eternas.


Me enseñaste que se puede sonreír
con un simple 'hola',
contigo aprendí lo que es necesitar
a alguien,
depender de esa persona,
acostarme cada noche
con ganas de que sea el día siguiente,
esperando unos 'buenos días' tuyos
que hacían que mi día no fuera tan malo.

Comprendí que el dolor
puede borrarse de otras formas,
que la suerte, hay días
que está de mi parte;
escuchar la lluvia de fondo
mientras suena nuestra canción,
y sonreír como una tonta,
sabiendo que estás al otro lado de la pantalla.
Aunque en cierto modo es jodido,
porque a veces tan solo necesito un abrazo,
algo que me calme,
que elimine la tristeza de mi rostro.

Y sé que son sólo números,
que los kilómetros no separan personas
si estas no quieren alejarse,
que no hay tormentas eternas,
después de algo malo
siempre aparece algo bueno,
y tarde o temprano llega la calma.
Que no te vayas de mi lado,
aunque irónicamente estemos lejos.