miércoles, 30 de abril de 2014

Y no vas a volver.

me derrumbo en cada letra,
cada recuerdo sobre ti,
se me hace eterno no tenerte,
duele mucho ver que no estás.

sé que ya todo es distinto,
tu olor se esfumó de mi piel,
tus miradas cada mañana,
que incitaban al deseo, la pasión,
ya no harán que aquellos días,
dejen de ser grises, y es así.

me jodió mucho perderte,
porque conseguí perderme yo,
solo quiero que recuerdes,
aquel 'quédate' que pronuncié,
aquellos 'te quiero' en la noche,
puesto que ya no vas a volver.

lunes, 21 de abril de 2014

Troya ardió aquel día.

Siempre fuiste como todos, tratando de sonreír, aún con el corazón roto, con las miles de lágrimas derramando por tus suaves mejillas. Y mi mano toca el dulce tacto de tu piel, pero ya no siento lo mismo, ahora es un escalofrío el que recorre mi cuerpo, el que me impide moverme y avanzar. Y sigo estando triste y con miedo, y el dolor me parte el alma en dos, como en aquel frío invierno, en que troya, la cual parecía invencible, acabó sucumbiendo y perdiendo todas sus fuerzas. Y de ella ya no queda nada, unas simples cenizas, recuerdos que permanecerán en la memoria, historias enterradas, que ardieron con el fuego del miedo, ahora está poblada de dolor. Porque sí, troya ardió aquel día, pero yo, todavía sigo viva.

viernes, 18 de abril de 2014

La felicidad no es eterna, y tu recuerdo quema.

Ella dejó de sonreír hace un tiempo, cuando su recuerdo cobró vida, aquella herida que pensaba que había cicatrizado volvió a aparecer en su vida. Había hecho de todo para dejarla atrás, para superarlo y que quedara en el pasado y poder seguir adelante con su vida. Pero no todo es tan fácil, ¿cómo algo que has querido tanto puede hacerte un daño de valor incalculable? Fue feliz, como nunca lo había sido, pero ahora, ¿qué le queda ahora? Lo ha perdido, o tal vez él decidió marcharse, eso da igual, ya no está con ella. Y sí, fueron felices, pero la felicidad no es eterna, siempre hay algo que cambia el final, que hace que la historia no sea como quisimos imaginarla desde un principio. Así son los recuerdos, te van matando poco a poco por dentro, hasta acabar con todo, y dejarte totalmente vacía. Y ahí permanecerá por siempre, tratando de sonreír, anhelando todo lo que tuvo algún día, aunque no tenga motivos para hacerlo.

jueves, 17 de abril de 2014

Trágico final.

Ella seguirá esperando algo que nunca va a llegar, tantas cartas que escribió que no tendrán un destinatario, una historia que acabará en un trágico final. Él, en cambio, vivirá su vida como si ella no hubiera existido, olvidando a aquella persona que le hizo ser feliz, al menos por un tiempo. Se volverán dos extraños, habrán perdido, por no haber arriesgado todo lo que tenían, pero ya es tarde, nada volverá a ser igual. Hay final para esta historia, pero no se sabe cuando llegará.

viernes, 4 de abril de 2014

Muerte y vida.

Y me paro a pensar,
cuanto tiempo perdimos,
cuantos sueños quedaron
en aquel triste olvido.

Es difícil avanzar sin tu voz,
se hace raro no sentir tu olor,
despertar a tu lado cada mañana,
sentir tus dulces caricias
sobre mi espalda.

Ya no hay tiempo para eso,
ya no te tengo a mi lado,
despertar sin ti es la muerte,
dormir contigo, la vida.

Te mereces más que toda esta mierda.

Llorar nunca será suficiente lo sé,
pero es lo único que me queda,
que me ayuda a olvidarme
de toda esta mierda en la que estoy metida,
de hacer que los problemas no sean tan importantes,
de verte al menos en mis sueños,
de pensar que no todo está mal,
que todo sea perfecto, que la vida no sea
tan dura conmigo, como yo lo fui con ella,
pero no, sé que a veces necesitas
algo más que soltar unas cuantas lágrimas,
que no solo cerrando los ojos
van a desaparecer las cosas,
que aunque tapemos las cicatrices,
estas siguen ahí, escondidas, por siempre.

La vida es una hija de puta.

Deja de querer controlarlo todo, de hacer cualquier cosa para no sufrir, por que la vida es así, una hija de puta, que te hace los días difíciles, no te deja respirar ni un segundo, invitándote a luchar por quienes te importan y obligándote a que no te rindas. Tal vez, si estuvieras aquí, a mí lado, no sé, todo sería más fácil, no derramaría tantas lágrimas por cosas estúpidas, pero sé que ya no estarás, te fuiste, y yo fui demasiado cobarde, o estaba demasiado débil como para impedirlo.