lunes, 29 de diciembre de 2014

Estamos locos si no vivimos.

Días de esos
en los que en realidad
no sabes que escribir,
ni siquiera eres capaz de 
saber cómo te sientes,
ni los latidos que 
produce tu corazón cada minuto. 
Sólo estás esperando que 
las horas pasen, 
que la manecilla del reloj no se detenga.

Un cambio es lo que te hace falta,
alguien que te devuelva las ganas,
la alegría que has ido perdiendo
con el paso del tiempo,
y con las decepciones.
Esa sensación de despertar
y darte cuenta de que no estás sola,
que existe alguien
dispuesto a hacerte feliz,
a comerse todos los obstáculos
con tal de ver una sonrisa
reflejada en tu cara.

Y supongo que es por esas personas
por las que no hay que rendirse,
que como yo digo,
el cielo estará muy negro,
pero si miras bien,
verás que hay pequeños rayos de luz.

Cuando pasas por el dolor
valoras más la felicidad,
nada en esta vida es fácil,
así que no busques amor
esquivando el dolor en él.
Porque podremos estar locos
al enamorarnos,
pero habremos perdido 
totalmente la cordura,
si únicamente vemos el lado bueno a todo.
 

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