sábado, 1 de noviembre de 2014

No hay tormentas eternas.


Me enseñaste que se puede sonreír
con un simple 'hola',
contigo aprendí lo que es necesitar
a alguien,
depender de esa persona,
acostarme cada noche
con ganas de que sea el día siguiente,
esperando unos 'buenos días' tuyos
que hacían que mi día no fuera tan malo.

Comprendí que el dolor
puede borrarse de otras formas,
que la suerte, hay días
que está de mi parte;
escuchar la lluvia de fondo
mientras suena nuestra canción,
y sonreír como una tonta,
sabiendo que estás al otro lado de la pantalla.
Aunque en cierto modo es jodido,
porque a veces tan solo necesito un abrazo,
algo que me calme,
que elimine la tristeza de mi rostro.

Y sé que son sólo números,
que los kilómetros no separan personas
si estas no quieren alejarse,
que no hay tormentas eternas,
después de algo malo
siempre aparece algo bueno,
y tarde o temprano llega la calma.
Que no te vayas de mi lado,
aunque irónicamente estemos lejos.


2 comentarios:

  1. "Y sé que son sólo números,
    que los kilómetros no separan personas."
    Sencillo, precioso, y algo que sentimos todos. (Gracias por dejarte leer.)

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