lunes, 18 de agosto de 2014

Fuiste aquel ángel caído sin corazón, que logró arrebatarme el mío.

y lloro, por la única razón, porque no soy capaz de ocultar mis lágrimas, porque él no se merece ninguna de ellas. Y lo peor de todo es que mientras escribo esto las lágrimas vuelven a mí, los recuerdos no me abandonan ni un segundo. Un día me dijiste que lo era todo para ti, que tu felicidad dependía de la mía, ¿entonces por qué estás sonriendo sí yo ya no estoy a tu lado? Y duele, ¿sabes? Pero de esos dolores internos que sólo se van con el tiempo, sólo que este quizás no desaparezca nunca. Porque cualquier tiempo pasado fue mejor, y tengo miedo de mirar al frente, al futuro, de sólo pensar que no estarás en él mi vida se desmorona por completo. E intentas pasar página, o al menos cambiar de capítulo, ver sí la historia de una u otra forma logra acabar bien, pero no, todo va a peor, esa pesadilla de la que nunca sales, en la que gritas en la noche pero solo se escucha vacío, tu propia voz que se pierde, sin ser escuchada. Entonces la soledad viene a ti, como sí tuvieras un imán para atraerla, todo lo malo te acaba pasando a ti. Y las ilusiones, los sueños se pierden entre estos versos, porque son solo eso, palabras, hay dolor en ellas, el que tú me provocaste, quise que me salvaras, que dieras vida a este alma, pero todo quedó anclado atrás, ya nada volverá a ser lo mismo. Fuiste aquel ángel caído sin corazón, que logró arrebatarme el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario